Con María en Pascua

INTRODUCCIÓN

Nos disponemos a esta celebración con los ojos atentos, como María, capaz de mirar la realidad de la vida con profundidad. Ella es hoy ejemplo para nosotros y nos ayuda a mirar nuestra vida cotidiana con ojos de fe y acudir a Jesús en momentos de necesidad.

CANTO DE ENTRADA

https://www.youtube.com/watch?v=Ecv7pTkrWSY

LECTURA DE LA PALABRA: Jn 2,1-11 (Bodas de Caná)

Y al día tercero se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.Y como faltase el vino, dice a Jesús su madre: “No tienen vino”. Y le dice Jesús: “¿Qué tenemos que ver tú y yo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora. Dice su madre a los que servían: “Todo cuanto él os diga, hacedlo. Había allí seis hidrias de piedra, destinadas a la purificación de los judíos, cada una de las cuales podía contener de dos a tres metretas.Díceles Jesús: “Llenad de agua las hidrias”. Y las llenaron hasta arriba. Y les dice: “Sacad ahora y llevadlo al maestresala”. Y lo llevaron. Mas cuando gustó el maestresala el agua hecha vino

—y no sabía de dónde era, pero lo sabían los que servían, que habían sacado el agua—, llama al esposo el maestresala y le dice: “Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando están ya bebidos, pone el peor; tú has reservado el vino bueno hasta ahora Este que fué el principio de los milagros hízolo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria y creyeron en él sus discípulos.

COMENTARIO DEL EVANGELIO: Audiencia General del Papa Francisco 8 junio 2016.

Nos centramos en el primero de los milagros de Jesús, que el evangelista Juan llama «signos», porque Jesús no los hace para suscitar admiración, sino para revelar el amor del Padre. El primero de estos signos prodigiosos lo relata precisamente Juan (2, 1-11) y se realiza en Caná de Galilea. Se trata de una especie de «portal de ingreso», en el cual se han esculpido palabras y expresiones que iluminan todo el misterio de Cristo y abren el corazón de los discípulos a la fe. Veamos algunas de ellas.

En la introducción encontramos la expresión «Jesús con sus discípulos» (v. 2). Aquellos a los que Jesús llamó a seguirlo los vinculó a Él en una comunidad y ahora, como una única familia, están todos invitados a la boda. Dando inicio a su ministerio público en las bodas de Caná, Jesús se manifiesta como el esposo del pueblo de Dios, anunciado por los profetas, y nos revela la profundidad de la relación que nos une a Él: es una nueva Alianza de amor. ¿Qué hay en el fundamento de nuestra fe? Un acto de misericordia con el cual Jesús nos unió a Él. Y la vida cristiana es la respuesta a este amor, es como la historia de dos enamorados. Dios y el hombre se encuentran, se buscan, están juntos, se celebran y se aman: precisamente como el amado y la amada en el Cantar de los cantares. Todo lo

demás surge como consecuencia de esta relación.

La Iglesia es la familia de Jesús en la cual se derrama su amor; es este amor que la Iglesia cuida y quiere donar a todos.

En el contexto de la Alianza se comprende también la observación de la Virgen: «No tienen vino» (v. 3). ¿Cómo es posible celebrar las bodas y festejar si falta lo que los profetas indicaban como un elemento típico del banquete mesiánico (cf. Am 9, 13-14; Jl 2, 24; Is 25, 6)? El agua es necesaria para vivir, pero el vino expresa la abundancia del banquete y la alegría de la fiesta. Es una fiesta de bodas en la cual falta el vino; los recién casados pasan vergüenza por esto. Imaginad acabar una fiesta de bodas bebiendo té; sería una vergüenza. El vino es necesario para la fiesta. Convirtiendo en vino el agua de las tinajas utilizadas «para las purificaciones de los judíos» (v. 6), Jesús realiza un signo elocuente: convierte la Ley de Moisés en Evangelio, portador de alegría. Como dice en otro pasaje Juan mismo: «La Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo» (1, 17).

Las palabras que María dirige a los sirvientes coronan el marco nupcial de Caná: «Haced lo que Él os diga» (v. 5). Es curioso, son sus últimas palabras que nos transmiten los Evangelios: es su herencia que entrega a todos nosotros. También hoy la Virgen nos dice a todos: «Lo que Él os diga —lo que Jesús os diga—, hacedlo». Es la herencia que nos ha dejado: ¡es hermoso! Se trata de una expresión que evoca la fórmula de fe utilizada por el pueblo de Israel en el Sinaí como respuesta a las promesas de la Alianza: «Haremos todo cuanto ha dicho el Señor» (Ex 19, 8). Y, en efecto, en Caná los sirvientes obedecen. «Les dice Jesús: “Llenad las tinajas de agua”. Y las llenaron hasta arriba. “Sacadlo ahora, le dice, y llevadlo al maestresala”. Ellos lo llevaron» (vv. 7-8). En esta boda, se estipula de verdad una Nueva Alianza y a los servidores del Señor, es decir a toda la Iglesia, se le confía la nueva misión:

«Haced lo que Él os diga». Servir al Señor significa escuchar y poner en práctica su Palabra. Es la recomendación sencilla pero esencial de la Madre de Jesús y es el programa de vida del cristiano. Para cada uno de nosotros, extraer del contenido de la tinaja equivale a confiar en la Palabra de Dios para experimentar su eficacia en la vida. Entonces, junto al jefe del banquete que probó el agua que se convirtió en vino, también nosotros podemos exclamar: «Tú has guardado el vino bueno hasta ahora» (v. 10). Sí, el Señor sigue reservando ese vino bueno para nuestra salvación, así como sigue brotando del costado traspasado del Señor.

La conclusión del relato suena como una sentencia: «Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus signos. Y manifestó su gloria, y creyeron en Él sus discípulos» (v. 11). Las bodas de Caná son mucho más que el simple relato del primer milagro de Jesús. Como en un cofre, Él custodia el secreto de su persona y la finalidad de su venida: el esperado Esposo da inicio a la boda que se realiza en el Misterio pascual. En esta boda Jesús vincula a sí a sus discípulos con una Alianza nueva y definitiva. En Caná los discípulos de Jesús se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia. A esa boda todos nosotros estamos invitados, porque el vino nuevo ya no faltará.

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

  • ¿A qué sabe el vino de mi vida? ¿Me dejo transformar por Dios?
  • ¿Cuál es mi misión como discípulo del Señor?
  • ¿Cómo vivo mi relación con la madre de Jesús?

GESTO

Ofrecemos esta botella de vino. A través de ella queremos simbolizar la necesidad que tenemos de dejarnos llenar por el Espíritu para que transforme nuestra vida aguada, en vino bueno que se done a los demás.

PETICIONES (4-5 peticiones)

  • Por la Santa Iglesia de Dios, para que sea capaz de estar atenta a los signos de los tiempos y actuar con valentía.
  • Por todos los matrimonios, para que el Señor les dé el don de vivir sus vidas unidos y con el amor que da el Espíritu Santo.
  • Por los jóvenes que están en proceso de discernimiento vocacional. Que sean capaz de dejarse transformar por Cristo para llevar una vida santa.
  • Por todos nosotros, que como María seamos fieles discípulos de su Hijo, atentos a las necesidades de los demás.

ORACIÓN COMUNITARIA FINAL:

¡Te damos gracias María por mostrarnos que la salvación sólo puede venir de Dios y que no se logra por los propios medios! ¡Nos haces ver que necesitamos llenar nuestra vida con la gracia de Cristo para alcanzar la vida eterna! ¡Te damos gracias por enseñarnos la importancia de estar abiertos y esperar la guía de Dios!

Agradecemos la invitación a acercarnos a un Dios que nos ama incondicionalmente y me espera con los brazos abiertos ¡Te damos gracias por mostrarnos que su gracia debe trabajar en cada uno de nosotros para convertirnos en un instrumentos vivos del Amor!

¡Queremos aprender de ti, María, a ver la vida con una actitud de amor, respeto y generosidad hacia los demás! Que tu Hijo nos envíe su Espíritu Santo para iluminar nuestros corazones y comprender cómo habita en nosotros

¡Ayúdanos a reconocerlo como hiciste tú, Madre, en la humildad y simplicidad!

Amén.

CANTO FINAL

Canto final: https://www.youtube.com/watch?v=yiRuZloI6d0&list=RDEdo-aLuOL5o&index=8

 

Potrebbe piacerti anche ...
Con María

Con María

INTRODUCCIÓN Nos disponemos a esta celebración con el corazón abierto, como el de María, a escuchar la voluntad de...